La empanada, ese bocado universal que nos acompaña en celebraciones, reuniones familiares o simplemente como un antojo delicioso, tiene un secreto fundamental: las tapas. Esa capa que envuelve el relleno y que, al cocinarse, se transforma en una explosión de texturas y sabores. Pero, ¿cuál es la mejor tapa para empanadas? ¿La hecha en casa con nuestras propias manos o la comprada lista para usar?
Un viaje por la tradición: las tapas caseras
Hacer las tapas para empanadas en casa es un acto de amor, una conexión con nuestras raíces y tradiciones culinarias. La receta se transmite de generación en generación, cada familia tiene sus propios trucos y secretos. La harina, la grasa (ya sea manteca, aceite o grasa animal), la sal y el agua son los ingredientes básicos, pero la magia está en el amasado, en el tiempo de reposo y en el cariño que le ponemos.
Las tapas caseras tienen una textura única, hojaldrada y crujiente al hornear, o suave y elástica si las freímos. Su sabor es inconfundible, con un toque casero que nos transporta a la cocina de nuestra abuela. Además, hacer las tapas en casa nos permite controlar los ingredientes y asegurarnos de que sean de buena calidad, sin conservantes ni aditivos artificiales.
Sin embargo, hacer las tapas caseras requiere tiempo y paciencia. Hay que amasarlas hasta que estén lisas y elásticas, dejarlas reposar para que se relajen y luego estirarlas con cuidado para que queden delgadas y uniformes. Si no tenemos experiencia, puede que al principio nos resulte difícil lograr la textura deseada y que las tapas se rompan o se encojan al cocinarlas.
La practicidad de las tapas compradas
Para las amas de casa modernas que tienen poco tiempo o que prefieren simplificar la preparación de las empanadas, las tapas compradas son una excelente opción. En el mercado existen diferentes tipos de tapas para empanadas, desde las tapas hojaldradas hasta las tapas criollas, pasando por las tapas integrales y las tapas sin gluten. Las tapas compradas vienen listas para usar, lo que nos ahorra tiempo y esfuerzo.
Las tapas compradas suelen ser más económicas que las tapas caseras y nos permiten obtener resultados consistentes en cuanto a textura y sabor. Además, al comprar las tapas hechas, nos aseguramos de que las empanadas tengan un aspecto uniforme y profesional, ideal para ocasiones especiales o para cuando queremos sorprender a nuestros invitados.
No obstante, las tapas compradas no tienen el mismo sabor casero que las tapas hechas en casa y pueden contener conservantes y aditivos que no son tan saludables. Además, al no hacer las tapas nosotros mismos, perdemos la oportunidad de transmitir nuestras tradiciones culinarias a las nuevas generaciones y de disfrutar del proceso de elaboración de las tapas.
¿Cuál es la mejor opción?
La mejor tapa para empanadas dependerá de nuestros gustos personales, de nuestro tiempo disponible y de la ocasión para la que estemos preparando las empanadas. Si tenemos tiempo y disfrutamos de cocinar, hacer las tapas en casa puede ser una experiencia muy gratificante. Si, por el contrario, tenemos poco tiempo o preferimos simplificar la preparación, las tapas compradas son una excelente alternativa.
En cualquier caso, lo importante es elegir unas tapas de buena calidad, ya sean caseras o compradas, que se adapten al tipo de empanada que queremos preparar y que nos permitan disfrutar de un bocado delicioso y satisfactorio.
Consejos para unas tapas de empanadas perfectas
- Utiliza harina de trigo de buena calidad, preferiblemente de fuerza o todo uso.
- Si haces las tapas en casa, amásalas con dedicación hasta que estén lisas y elásticas.
- Deja reposar las tapas el tiempo necesario para que se relajen y sean más fáciles de estirar.
- Si compras las tapas hechas, elige una marca de confianza y verifica la fecha de vencimiento.
- Rellena las empanadas con ingredientes frescos y sabrosos.
- Hornea o fríe las empanadas hasta que estén doradas y crujientes.
- Sirve las empanadas calientes y disfrútalas en compañía detus seres queridos.
